Skip to main content

Yo siempre te pregunto qué, cuándo, cómo y dónde – que gran Coach era Nat King Cole, él preguntaba, casi más para que la otra persona se respondiera a sí misma, para que la otra persona reflexionara y buscara en su interior, que para realmente oír una respuesta. 

Este es sin duda el poder de la pregunta en el Coaching. La pregunta es el vehículo que como Coach permite hacer “turismo de Interior” con el Coachee. Recuerdo mis clases de formación, como profesional del Coaching, y cómo mis Maestras explicaban el poder de la pregunta. De todas las ideas me quedo con la frase “yo no puedo fabricar preguntas poderosas y tenerlas preparadas para usarlas como un truco”…, he comprobado qué cierto es. Cada conversación, cada acompañamiento, cada situación requieren como Coach, desde los zapatos del Coachee, formular esa pregunta que va a permitir la reflexión. 

La “re-flexión” o mirada sobre uno mismo, devolución de la propia imagen, de la propia idea, escenario, realidad, emoción, sentimiento, situación. Es con la pregunta cómo nos aproximamos para comprender, para entender, para ver sin molestar. Empleamos la pregunta para otorgar poder al cliente y que sea consciente de su responsabilidad en la toma de decisiones, respuestas y acciones. 

En el Coaching establecemos diferentes momentos o niveles conversacionales, una primera fase de indagación, como Coach quiero entender, quiero ver tu punto de vista, quiero saber cómo te sientes y qué es importante para ti. En un segundo momento incluso reto tu discurso, desde ti hacia los límites que tu estableces. Hay un tercer momento, adecuado para asegurar los compromisos que tú, tú mismo, adquieres y pones en juego las acciones que quieres acometer. Hay preguntas abiertas, generales, directas, estratégicas, múltiples, de situación… 

Y sin embargo la pregunta con mayúsculas es aquella en la que obtenemos por respuesta un momento “ahá”, una mirada, un leve movimiento. Es cuando sabes que en el Coachee hay algo nuevo, un punto de vista que no había contemplado, una oportunidad, un aspecto que, al hablar de él, ve por primera vez. Es esa la pregunta que solo a esa persona impacta, es única, es a medida y es tan especial que muchos la recuerdan ya que su respuesta es el inicio de… solo ellos lo saben. 

El complemento perfecto a la pregunta es la escucha, es la acción entrenada por el Coach donde aprendemos a escuchar para entender, no para completar información. Esta es una fortaleza del Coach que será contada en otra ocasión, por lo que solo me resta preguntar, cuándo, cómo y dónde nos vamos a encontrar para continuar este viaje que casi sin darnos cuenta hemos comenzado. 

¿Y tú? ¿Quieres ser Coach? 

Autor: Elvira Rivera – Coach Ejecutivo & Experta en Imagen Personal 

Certificación en Coaching Level 1 y Level 2
Certificación